Reseña: La Monja

Título en español: La Monja
Título original: 
The Nun
Dirección: 
Corin Hardy
Guion: 
Gary Dauberman (Historia: James Wan, Gary Dauberman)
Fotografía: 
Maxime Alexandre
Música: 
Abel Korzeniowski
Elenco: 
Taissa Farmiga, Demian Bichir, Bonnie Aarons, Charlotte Hope, Ingrid Bisu, Jonas Bloquet, Jonny Coyne, Manuela Ciucur, Jared Morgan, Sandra Teles, Boiangiu Alma, Laur Dragan
Género: 
Terror | Spin-off. Años 50. Posesiones/Exorcismos
País: 
Estados Unidos
Duración: 
96 min.
Fecha de estreno:
7 de Septiembre de 2018

La Monja (The Nun)“ es una extensión poco terrorífica del universo de “El Conjuro”.

Quítate “Halloween”, olvídalo “Actividad Paranormal”, buen intento “Scream”. La franquicia de “El Conjuro” (O el “Universo Cinemático Conjuro”, el UCC) se ha vuelto con constancia la franquicia de cine de terror más dependiente de los últimos años, conquistando las taquillas con brincos y sustos clásicos ejecutados de manera perfecta, con unas ideas interesantes para iniciar.

Haciendo un Spin-Off de “El Conjuro” (James Wan, 2013), acerca de la pareja de cazafantasmas de la vida real Ed y Lorraine Warren, la franquicia comenzó con verdaderos relatos de posesiones, embrujos e invasiones espectrales. Pero había tantas historias secundarias y personajes horripilantes que tanto “El Conjuro” como “El Conjuro 2”, pues, conjuraron que eran necesarias más películas. Ha habido dos películas de Annabelle, la muñeca de porcelana más terrorífica de todos los tiempos. Y ahora “La Monja” toma la historia de trasfondo de el demonio impuesto en un hábito que aterrorizaba las visiones de Lorraine.

Sinopsis: Cuando una joven monja en una abadía de clausura en Rumanía se suicida, un sacerdote con un pasado poseído y una novicia a punto de tomar sus votos son enviados por el Vaticano para investigar. Juntos descubren el profano secreto de la orden. Arriesgando no solo sus propias vidas sino su fe y hasta sus almas, se enfrentan a una fuerza maléfica en forma de monja demoníaca, en una abadía que se convierte en un campo de batalla de horror entre los vivos y los condenados.

En este spin-off, el director Corin Hardy presenta una epopeya gótica de terror de los años 70. Escrito por el guionista de «Annabelle» Gary Dauberman y James Wan, es exuberante, horror católico hardcore desde las profundidades de «The Omen» y «The Exorcist», con toques de «Powered Narcissus» de Michael Powell y Emeric Pressburger, diluido con sobretonos medievales. Y es una explosión total de gritos..

Demián Bichir está perfectamente escogido como el Padre Burke, un sacerdote renuente encargado por el Vaticano para investigar fenómenos religiosos inusuales o, como ellos lo llaman, «cacería de milagros» (deje entrever rasgos de Jason Miller en «El exorcista»). Después de que el joven repartidor Frenchie (Jonas Bloquet) descubre el cuerpo ahorcado de una monja en una abadía rumana enclaustrada, Burke es enviado a investigar el suicidio. Se le pide que traiga a una joven novicia, la hermana Irene (Taissa Farmiga), por su familiaridad con «el territorio» (nunca ha estado en Rumania).

La gente del pueblo afirma que la abadía está maldita, trayendo una plaga sobre sus casas, y los bosques están cubiertos con cruces protectoras. Una vez que llega el trío, descubren que no es tan malo como ellos esperan, es peor. El lugar es la boca del infierno, custodiado por monjas aterrorizadas que participan en la adoración perpetua y la oración para mantener a los demonios a raya, aunque no están haciendo un gran trabajo.

Burke debe confiar en su conocimiento histórico religioso profundo, mientras que Irene pone sus habilidades y visiones psíquicas para usar en la lucha contra el mal antiguo. Frenchie es la sustituta de la audiencia, boquiabierta ante los horrores surrealistas que se desarrollan dentro de las paredes de la abadía, usando una clásica arma de fuego como protección.

El director de fotografía francés de horror Maxime Alexandre conoce bien el lenguaje visual de la UCC: los lentos movimientos de la cámara, los empujes y tirones que crean tensión y los paneos lentos que imitan la visión humana, mirando hacia otro lado para revelar algún demonio al acecho en las sombras. La cámara persigue y rodea a las esquivas criaturas, captando atisbos pero nunca encontrando nada antes de que una maldición infernal salga de la oscuridad.

A pesar de las imágenes suntuosas y el diseño de sonido realzado con cantos gregorianos y pese a las excelentes actuaciones (particularmente a Farmiga como la pequeña monja de acero pero vulnerable), «La Monja» falla en ejecutar un elemento: la cuestión de la fe. La franquicia, con su trabajo de cámara de punto de vista y temas de visiones psíquicas, siempre ha forzado los límites de «ver para creer» y tener un poco de fe en las cosas que puedes ver que otros no pueden. En un entorno religioso, donde la oración mantiene a raya a los demonios, existe la oportunidad de explorar más la idea, pero «La Monja» permanece en la superficie. La superficie puede ser ominosa, ricamente texturizada y mórbidamente fascinante, pero a nivel de historia, sigue siendo poco profunda.

“La Monja” llegará a las salas de cine de México el viernes 7 de Septiembre.

Rodrigo Contreras