Reseña de la película: Vivir Deprisa, Amar Despacio
Título en español: Vivir Deprisa, Amar Despacio
Título original: Plaire, aimer et courir vite (Sorry Angel)
Dirección: Christophe Honoré
Guion: Christophe Honoré
Fotografía: Rémy Chevrin
Elenco: Vincent Lacoste, Pierre Deladonchamps, Denis Podalydès, Rio Vega, Willemijn Kressenhof, Adèle Wismes, Clément Métayer, Sophie Letourneur, Marlene Saldana, Teddy Bogaert, Adèle Csech
Género: Drama
Distribuidora: Cine CANIBAL
País: Francia
Duración: 132 min.
Fecha de estreno: 12 de Julio de 2019
En el primer encuentro entre los protagonistas de Vivir deprisa, amar despacio (Plaire, aimer et courir vite, Christophe Honoré; 2018), ambos observan una cinta (The piano, Jane Champion; 1993) de la cual el joven Arthur (Vincet Lacoste) comenta que le gusta aunque la siente como una serie de relatos; el maduro Jacques (Pierre Deladonchamps) le contesta, antes de marcharse para asistir a una reunión que tiene agendada, que la siga viendo, pues sería un tonto si no lo hiciera.
Ese consejo aplica también para con la película en la que se lleva a cabo ese intercambio de palabras, pues en cierto sentido la opinión de Arthur hace eco del formato episódico con el que se compone una historia de amor “a destiempo” entre un joven que empieza a dar salida pública a sus exploraciones amatorias y un hombre maduro en declive físico y económico que busca otra oportunidad para mejorar sus condiciones físicas y monetarias.
Por otro lado, el armado de la cinta también impide una gratificación rápida al postergar el reencuentro de los amantes. En un mundo casi colmado de filmes que retratan el amor nacido en esas circunstancias como una pasión voraz con altibajos que merman la calidad de vida de cada uno de los componentes, o que terminan en un golpe final que busca estremecer por knock out, ¿cómo se puede presentar de una forma “más real” los periodos de conocimiento y enamoramiento paulatinos que son de lo más común sin importar preferencias y estados anímicos, sin perder calidad melodramática?
Honoré busca responder a esto mediante el uso de elipsis que ayudan a establecer la continuidad de la vida y los afectos a través de diversos lapsos (¿días, semanas, meses?) a la par que teje y desteje las vidas paralelas de Arthur y Jacques, sin por ello dejar de lado el poder de la iluminación y la fotografía para provocar estados emocionales específicos.
Para ello cuenta con el apoyo de la fotografía de Rémy Chevrin y el vestuario de Pascaline Chavanne. El primero dota a los espacios de matices azules y “fríos” (¿o sería mejor decir contenidos?), colocando así a la historia en las antípodas del romance de Hollywood, plagado de colores más vivos para resaltar la pasión y desenfreno del amor, dando así énfasis a la pausa y la racionalización de un par de amorosos que viven de buscar razones (no explicaciones) literarias para sus sentimientos. Dentro de este uso del color y las elipsis cabe destacar la escena en la que Jacques llama a Arthur y la forma en que la literatura permite develar información de quien habla mediante una transición que abre una escena de gran intimidad y compenetración, achicando la distancia que media en la llamada telefónica que se está realizando.
Por otro lado, Chavanne hace uso de ropas y accesorios azules y de colores neutros para no romper la concordancia entre lo que Honoré cuenta vía la imagen que transmite Chevrin, guardando el uso de los contrastes con matices de rojos/naranjas para momentos en que caen las caretas intelectuales y los personajes se vuelven portadores de revelaciones íntimas y emocionales irrestrictas.
De tal suerte, el filme encuentra un ritmo propio con registros particulares que, si bien no llegan de golpe y pueden aburrir por momentos, abren paso poco a poco para dar asestar estocadas esperadas que no dejan de conmover dentro de la gracia con la que se les construye.
“Vivir Deprisa, Amar Despacio” llegará a las salas de cine de México el viernes 12 de Julio de 2019.