Título original Boss Level
Año 2021
Duración 100 min.
País Estados Unidos
Dirección Joe Carnahan
Guion Joe Carnahan, Chris Borey, Eddie Borey
Música Clinton Shorter
Fotografía Juan Miguel Azpiroz
Reparto Frank Grillo, Naomi Watts, Mel Gibson, Will Sasso, Annabelle Wallis, Michelle Yeoh, Rio Grillo, Ken Jeong, Michael Tourek, Meadow Williams, Selina Lo, Mathilde Ollivier, Sheaun McKinney.
Productora WarParty Films, Scott Free Productions, EFO Films, Highland Film Group, Ingenious Media, Paradox Film Group, Diamond Film Productions, River Bay Films, The Fyzz Facility.
Distribuidora: VVS Films
Género Ciencia ficción. Acción. Thriller. Comedia | Viajes en el tiempo
De videojuegos, ciencia ficción y jefes finales
A veces la vida se siente como un videojuego bastante peculiar. Te despiertas, vas al trabajo, haces tus actividades, enfrentas las adversidades o los retos y te encuentras con alguno que otro jefe malvado. Día a día, semana a semana. La rutina se convierte en un bucle que parece no soltarnos y nos lleva a (sobre) vivir paso a paso, ganando moneditas, puntos o vidas extra para continuar.
Curiosamente, en el cine el tema de los bucles temporales es algo que se ha explotado bastante en diversos géneros, como en la destacada comedia de los años 90s, Hechizo del Tiempo (Ramis, 1993) o más recientemente, la cinta de terror/cómica Feliz Día de tu Muerte (Landon, 2017), donde todo lo que los protagonistas hacen tiene un impacto en lo que pasará en su día a día, siendo ellos los únicos que logran un aprendizaje que los lleve a salvar sus vidas o ser mejores personas.
Y qué decir del mundo de los videojuegos. Más allá de las innumerables fallidas adaptaciones, las referencias a los mismos también empapan al mundo del séptimo arte en cintas como Scott Pilgrim vs The World (Wright, 2010), una especie de híbrido entre este universo y el de los cómics, u otras que sólo buscan explotar la acción burdamente como Gamer: Juego Letal (Neveldine y Taylor, 2009).
Mezclando estos dos enfoques llega la más reciente cinta de Joe Carnahan (La Última Carta, Un Día para Sobrevivir), donde el realizador se vale del carisma de Frank Grillo para contar la historia de Roy Pulver, un oficial retirado de las Fuerzas Especiales que súbitamente se ve atorado en un bucle de tiempo donde, cual la vida misma, tiene que enfrentar una y otra vez todos los obstáculos puestos e intentar no morir.
Un Día Más para Morir logra sus mejores momentos cuando no se toma muy en serio. Desde los créditos iniciales, la sensación de estar jugando un videojuego con un personaje se vuelve bastante única, como si el espectador tuviera en sus manos el destino de Pulver para tratar de evitar los problemas y llegar al Jefe Final y así (¿por qué no?) salvar al mundo y su propia vida.
La presencia de Grillo, un actor que usualmente vemos en roles secundarios, regresa con una oportunidad más como protagonista de una cinta de acción demostrando que tiene el suficiente carisma para soportar el peso de la misma. Hay líneas muy divertidas que ejecuta bastante bien sin dejar de parecer rudo, algo muy característico de los héroes del género de los 80s.
En cuanto al cast secundario, tenemos a Naomi Watts como la ex de Pulver, una científica brillante que se pone al servicio del antagonista, el Coronel Clive Ventor, interpretado por el veterano Mel Gibson, quienes existen en este universo de repetición y pueden tener algo que ver con el martirio de Roy, sintiéndose un tanto desperdiciados al convertirse en meros roles incidentales para el vehículo de lucimiento de Grillo.
Eso no debe de extrañarnos, ya que Carnahan y el actor tienen una relación interesante que los ha llevado a trabajar en varios proyectos. Aquí, Grillo funge cómo productor de la cinta, por lo que se nota su mano en querer entretener y buscar el balance entre la comedia, la ciencia ficción y la acción, misma que se presenta de todos tipos y formas: balazos, combate mano a mano, persecuciones, peleas con espadas, decapitaciones, machetes, entre muchas otras cosas que a su vez hacen referencia a varias cintas del género.
A pesar de lo divertido que suena la idea, el guion tiene ciertos problemas que afectan al ritmo y tono del filme. Aunque Carnahan, a quien le llevó muchos años levantar el proyecto, tiene un claro sentido de hacer una sátira respetuosa de estos géneros con un toque gamer, de repente la historia se toma muy en serio y da unos bajones que afectan un poco el divertimento palomero de lo que vemos.
Si bien este drama justifica al personaje de Roy y ayuda a que se desarrolle para no ser de una sola dimensión, de repente se siente que cae en unos baches argumentales, lo cual hace que la cinta tenga estos momentos solemnes que no funcionan del todo hasta llegar a un cierre que se siente completamente anticlimático.
Más allá de estos detalles y del uso de un CGI bastante barato en algunas secuencias, Un Día Más Para Morir se convierte en un vehículo de lujo para su protagonista que además es efectivo para todos aquellos aficionados de los videojuegos, cuya mejor virtud radica cuando no se toma muy en serio y además nos regala homenajes y burlas al género de acción (véase el chiste acerca de Liam Neeson) que resultan en una montaña rusa de golpes donde lo único que quieres hacer, como en la vida y los videojuegos, es llegar al Jefe Final y salir victorioso… o al menos un tanto entretenido con el resultado.