Reseña de la película: Toy Story 4

Título: Toy Story 4
Dirección: 
Josh Cooley
Guion: 
Rashida Jones, Will McCormack (Personajes: John Lasseter)
Clasificación: 
A
Música: 
Randy Newman
Año: 
2019
Género: Animación
Distribuidora: 
Walt Disney Pictures
País: 
Estados Unidos
Duración:
100 min.
Fecha de estreno: 
21 de Junio de 2019

Cambio de director, ocho personas a cargo del guion, re-escritura del guion, director debutante a cargo de continuar un proyecto insignia. Todo lo anterior sería más que suficiente para hundir una cinta mucho antes de su estreno, o para al menos poner en vilo una buena recepción de la audiencia, la taquilla y la crítica.

Sin embargo, si la casa productora detrás del trabajo es Pixar, que con sus altibajos logra entregar productos de manufactura excelente en la animación, y si lo que se trae entre tantas manos es la nueva (¿ahora sí última?) instancia de Toy Story, la gran saga que posicionó a la empresa con base en California como una productora de nivel y excelencia, muchos de los temores se disipan para dar paso a un puñado de buenos deseos para el producto final.

¿Es Toy Story 4 (Josh Cooley, 2019) una prueba de que pesan más la marca y los buenos deseos, o de que no importa el tamaño de la corporación a la hora de hacer cambios casi kamikazes en el proyecto? La respuesta es mucho de lo primero con unos cuantos ingredientes de lo segundo.

Por un lado, Pixar está acostumbrada a trabajar bajo presión y con cambios sobre la marcha desde el primer Toy Story, el cual tuvo que pasar por re-escrituras a fin de poder tener el visto bueno de los mandamases de Disney. Ahora, si se considera que su equipo de trabajo está más que curtido y compenetrado con la historia, los resultados no podrían ser malos. Y en ese sentido, Toy Story 4 cumple.

La animación, como siempre, es una calidad que vuelve a elevar la vara de lo inigualable, los actores de voz y los héroes animados se sienten tan cálidos y cuidados como siempre, y el detalle con el que se cuida las gesticulaciones y expresiones de hasta los más “horrendos” de los nuevos personajes sigue manteniendo los estándares de buena labor de Pixar.

Otro punto destacable es el giro que se realiza, cuando la necesidad lo exige, hacia atmósferas de terror cómico. Esto se hace con la incorporación de Gabby Gabby, una muñeca con voz (que juega el papel de antagonista en esta ocasión), cuyo mecanismo vocalizador estropeado, sus ojos grandes y su ansia por ser querida apelan al miedo que se suele asociar con ese tipo de juguetes (la posible referencia a la muñeca Annabelle cobra mayor sentido, aunque en una clave menos ¿aterradora?, hacia el final de la cinta, cuando decide arriesgar todo para conseguir una dueña). La acompañan en su “casa de terror” un séquito de muñecos de ventrílocuo, juguetes cuya falta de sostén y rasgos exagerados pueden hacer que un joven incauto tenga problemas para conciliar el sueño por un buen rato.

Dentro de estos elementos de terror se incluye la nueva sensación del cine de horror: Jordan Peele, director de Get out! (2017) yUs (2019), quien hace mancuerna con su compinche Keegan-Michael Key, con quien saltó a la fama en su programa cómico para la televisión Key and Peele; ellos interpretan a un par de juguetes de peluche ­(Bunny y Ducky) un tanto sociópatas que harán compañía a Woody y Buzz en la aventura de esta ocasión, brindado un vistazo al que podría ser el proceso creativo que Peele sigue al crear sus guiones (incluido un breve homenaje a la secuencia inicial de Lost boys y Us). Para finalizar los cameos se encuentra Keanu Reeves dando vida a Duke Caboom, un motociclista parlanchín de acrobacias extremas, con deseos de ser reconocido y con grandes huecos emocionales, todo un anti-homenaje a la John Wick.

… Aunque antes de acabar con las nuevas presentaciones, queda algo que decir con respecto al otro elemento más promocionado de la cinta, Forky. Este no pasa de ser un giro interesante para la trama pero que acaba por ser un mcguffin, un elemento irrelevante en sí mismo que sólo sirve para avanzar la trama. De tal suerte, McForkyn bien pudo ser reemplazado por cualquier cosa, como una inerte barra de carbono, y su función narrativa hubiera quedado igual, desaprovechando así un elemento que pudo a ver dado más cancha para los dilemas existenciales presentados en las entregas previas o para el horro con el que se salpica esta.

Esto, sumando tanta cámara cedida más una historia de cierre casi forzada y un tanto innecesaria (¿a alguien le hizo falta la presencia de Bo Peep en la película previa?) para Woody (el supuesto centro de la historia, porque a fin de cuentas se trata de su cierre, o esa es la justificación), cuyo desenlace se prefigura en los primeros minutos del metraje (y que hacia la mitad del recorrido se puede resolver con un “¡hey, los niños siempre pierden juguetes, madura!”) hace que la cinta no tenga la emoción de las dos primeras ni el estrujante cierre de la tercera, ya que cambia la premisa detrás del grupo de Woody et al: todos somos familia.

Aún así, y a pesar de la dilución de la premisa del grupo y de las personalidades de los principales protagonistas (atención a lo que pudo ser si se hubiera seguido la dinámica que se establece entre Woody y Jessie en los momentos posteriores al prólogo con el que inicia la cinta) con tal de construir una personalidad para Bo Peep, Toy Story 4 tiene preparados, por antologación de grandes éxitos de las anteriores, momentos de diversión y uno que otro lagrimeo (sobre todo para los fanáticos de toda la vida) que, si bien no alcanzan para darle un lugar dentro de lo mejor de la saga (o bien dan paso a una reedición de la defensa del episodio VIII de Star Wars: sería una gran película si no dijera Toy Story), si dan para conformar un divertimento digno de Pixar que escapa de la maldición de otras tantas secuelas cuya existencia hace que algunos reciban con gusto la intención del estudio de regresar a sus raíces y destinar su talento a nuevos proyectos en lugar de a la realización secuelas.

“Toy Story 4” llegará a las salas de cine de México el viernes 21 de Junio de 2019.

Alberto Marín