Reseña de la película: Todo lo invisible

País: México

Distribuidora: Cinépolis Distribución

Año de producción: 2020

Tipo de película: Largometraje

 

 

 

 

Opinión

El miedo a la pérdida es constante durante toda la vida ya que, si bien se suele asociar el concepto con la llegada de la muerte, toda privación personal, desde la en teoría más banal hasta las de mayor calado, es capaz de hundir en los abismos de la desazón y la tristeza. Todo lo invisible (2021), la nueva cinta de la guionista y directora mexicana Mariana Chenillo, sumerge su trama en esas aguas del duelo, la pérdida y la aceptación de los límites humanos.

La trama presenta a Jonás (Ari Brickman), un exitoso odontólogo que un día, en el más claro ejemplo de la naturaleza de los accidentes, se ve privado de la visión y, con ello, se ve arrojado no sólo a las tinieblas de la ceguera, sino también a las que lo enfrentan los efectos secundarios de su condición.

En entrevista telefónica, posterior a la proyección digital de su nuevo proyecto, Chenillo expresó que la idea del guion la había trabajado poco a poco desde hace muchos años, siendo el precursor directo un desprendimiento de retina que sufrió mientras realizaba sus estudios en cine, situación que la llevó a replantear la importancia de la vista en la vida, en particular para la de alguien como ella, interesada en la creación audiovisual.

A esa situación se le fueron sumando los incordios propiciados la miopía que la aqueja, los cuales se manifiestan en mayor medida cuando, por diversas situaciones, no hallaba a la mano sus anteojos, con lo cual se generaban pequeñas crisis que han servido de alimento para la maduración de su idea original.

También señaló el papel importante que jugó Brickman, tanto al dar vida a un Jonás que se aferra a los clavos ardientes del rencor y la revancha para sostener el armazón herido de su hombría, como por el apoyo que brindó para la creación del filme, colaborando con apuntes sobre su personaje y llegando hasta la creación de la música, ya que él estaba enterado de este desde que eran sólo bosquejos, pues ha mantenido una relación cercana con Chenillo, tanto laboral como amistosa, desde el rodaje de 5 días sin Nora (2008), opera prima de la directora.

En lo tocante a las estructuras internas en entredicho, no sólo Brickman maneja el registro adecuado para el funcionamiento del mecanismo narrativo ideado por Chenillo a través del estancamiento en las fases del duelo como recurso narrativo, también Bárbara Mori entrega una actuación íntima que se opone a los estereotipados papeles en que se le suele encorsetar, dando vida a Amanda, la esposa de Jonás, quien tampoco sabe cómo manejar la situación a la que se enfrentan como matrimonio y como padres, por lo cual cada paso que da lo siente como una herida más con la cual cargar.

Ambos, Brickman y Mori, dotan de fragilidad y vulnerabilidad a sus papeles; él como hombre que considera estar faltando a sus deberes como proveedor del hogar; ella ante el fracaso constante de sus aproximaciones para con Jonás, en las cuales convive la intención por regresar a la normalidad lo antes posible, aún sin saber cuál y cómo podría ser esa nueva normalidad.

Justo por eso último Todo lo invisible puede resonar con los espectadores, ya que el estreno se da en las posibles postrimerías de una pandemia que no sólo encontró una población desprevenida, sino también falta de recursos para expresar las frustraciones sociales y emocionales, así como carente de lo medios para evitar los estigmas que de aquellas se desprenden y facilitar el acercamiento ante un dolor que afecta a todos en diversas formas e intensidades, y que es parte de los temas subyacentes pensados por Chenillo.

“Todo lo invisible” estrena el próximo 22 de abril en 400 salas en todo el país, de la mano de Cinépolis.

Alberto Marín