Reseña de la película: Sobre lo infinito

Título original: Om det oändliga

Año 2019

Duración: 76 min.

País: Suecia

Dirección: Roy Andersson

Guion: Roy Andersson

Fotografía: Gergely Pálos

Reparto: Martin Serner, Jessica Louthander, Tatiana Delaunay, Anders Hellström, Jan-Eje Ferling, Thore Flygel, Stefan Karlsson, Bengt Bergius, Marie Burman, Amanda Davies, Karin Engman, Lotta Forsberg, Göran Holm, ver 5 más

Productora: 4 1/2 Film, Roy Andersson Filmproduktion AB

Género: Drama

Sinopsis

Inspirada en el cuento de «Las mil y una noches», la celebrada colección de historias de oriente medio y de historia india, la película busca ser una yuxtaposición de las distintas etapas que un ser humano atraviesa en la vida. Desde los momentos más preciosos de la existencia hasta el despertar intelectual que nos lleva a tratar de guardar la vida como un tesoro y a compartirla con aquellos a los que amamos.

Opinión

 

“El desaliento interrumpe su curso.
La angustia interrumpe su curso.
El buitre interrumpe su vuelo.
La luz tenaz se vuelca;
hasta los fantasmas se toman un trago.”

Tomas Tranströmer, El cielo a medio hacer

En una de las viñetas que conforman Sobre lo infinito (About endlesness, 2019, dir. Roy  Andersson), un hombre de edad avanzada rompe en llanto en medio de la multitud que atesta, de forma muy organizada y limpia, un autobús público. ¿La razón?, el hombre no sabe qué hacer con su vida. Sin embargo, lo más interesante no es necesariamente que un hombre comience a llorar, ni tampoco la razón, sino dónde y cómo reaccionan las personas que lo rodean, sobre todo porque el comentario que cierra la escena es tan seco como gracioso, al menos desde una concepción absurda del humor, similar al que maneja, por ejemplo, el deadpan de Jim Jarmusch o Bill Murray.

No obstante, el manejo del humor por parte de Andersson no sólo evita negar la tragedia que subyace a esas y todas la demás escenas antologadas en Sobre lo infinito, sino que derraman comentarios ácidos sobre la forma en que la sociedad (particularmente la sueca), compartimentan su existencia. No en balde las situaciones de sus personajes, o al menos la mayoría, parecen hacer eco de una comunidad edificada sobre valores civiles considerados como de alta estima por buena parte del mundo (en especial del hemisferio occidental que constantemente busca descifrar el código nórdico de la felicidad) pero que cada vez se aísla más de sí misma, como lo muestran sus tazas de depresión y de personas viviendo solas.

Ello se traduce en una cinta limpísima, en la cual la fotografía de Gergely Pálos y el diseño de Anders Hellström y Frida Elmström mantiene los ambientes con una luz prístina casi quirúrgica, bajo la cual Andersson disecciona cuestiones del ser y su razón de ser. A la par, la misma fotografía y el mismo diseño, en compañía de una voz femenina en off (que lo mismo puede ser una bitácora de hechos y sucesos de un día, o un repaso angélico de visiones en contrapunto con las de San Juan en sus revelaciones: “y vi un cielo nuevo, y una tierra nueva…), permiten manifestar una fría calidez o una dulce melancolía o ambas (o como se prefiera) ante la posibilidad de espacios para las pequeñas, aunque “deslucidas», maravillas cotidianas: un encuentro inesperado con alguien del pasado, una ventisca invernal, una reconciliación, etc.

Esto, junto con la disposición de los personajes sobre el escenario, genera un alejamiento parcial que permite que la audiencia ponga en entredicho que tanto de ella hay volcada en los confines de, ¿un sueño que se sueña, un retrato móvil de la sociedad contemporánea tan dada acercarse desde lo virtual en virtud que las políticas del espacio público predisponen a la indiferencia (porque esas no son las formas/este no es el lugar)?, sin que penda la amenaza de una falsa moraleja

Sobre lo infinito es parte de la 69ª Muestra Internacional de la Cineteca Nacional.

 

 

Alberto Marín