Reseña de la película: Salvaje
Título en español: Salvaje
Título original: Sauvage
Dirección: Camille Vidal-Naquet
Guion: Camille Vidal-Naquet
Fotografía: Jacques Girault
Música: Romain Trouillet
Distribuidora: Cine CANÍBAL
Elenco: Félix Maritaud, Eric Bernard, Nicolas Dibla, Philippe Ohrel, Marie Seux, Lucas Bléger, Camille Müller, Jean-Pierre Baste
Género: Drama
País: Francia
Duración: 97 min.
Fecha de estreno: 27 de Septiembre de 2019
Promocionada como una cinta que se adentra en los entresijos de la prostitución masculina, Salvaje (Sauvage, 2018) es algo más que eso.
La opera prima del realizador francés Camille Vidal-Naquet sigue la vida Léo (Félix Maritaud) un veinteañero que, si se juzga por la forma en que se desenvuelve en las escenas iniciales, podría ser catalogado como un truhan que ve en la prostitución una forma fácil de satisfacer sus necesidades sexuales y económicas. En esta primera impresión ayuda mucho la facha de Maritaud, un hombre apuesto con rasgos de un joven sileno renacentista, el cual era usado como símbolo de la laxitud moral y sensual.
No obstante, conforme el filme se desarrolla, esta idea de picardía cede terreno a otra impresión, la de un frágil niño-hombre-ángel similar a los que habitan los relatos del escritor mexicano Luis González de Alba, quien creaba machos de apariencia fetiche (musculosos, desaseados) con una capacidad secreta e insatisfecha para buscar el amor.
Porque de eso último también va Sauvage, de una exploración casi íntima de los deseos no tan secretas de Léo que lo llevaban a ser permisivo ante ciertos tabús con respecto a lo que un cliente puede solicitar o no como parte de la transacción sexual, a la vez que lo enfrenta con Ahd (Éric Bernard) y Mihal (Nicolas Dibla), apoyos y compañeros de territorio y de parrandas con los que se muestran otros matices de las carencias y necesidades de Léo.
Así, la vida de Léo cobra otro sentido, tanto por estas relaciones como por las formas en que se encuadra su vida: cámara en mano que los sigue a trompicones, zooms rápidos que hacen fueras de foco como si alguien lo siguiera y espiara/documentara su vida diaria, y un relación de aspecto de 1.66: 1 que encajona y a la vez dota de un aire atemporal a la historia, como si se estuviera viendo un video hallado en un desván antes que una película.
Con estos cuadros se va narrando una vida de una precariedad palpable y sobrecogedora (en muchos sentidos) que da a entender que Léo es más un pícaro por poseer una naturaleza infantil antes que por decisión personal de transgredir, pues las opciones llegan a él sin buscarlas, además de ser más en las que se le vulnera (como en una escena a mitad de la cinta, en la que es inspeccionado palmo a palmo por un par de hombres antes de ser usado en una forma propia de un Sade contenido).
Si se busca en un diccionario la definición de salvaje se pueden encontrar varias acepciones, las cuales tienen en común términos como: no domesticado, libre, sin intervención humana, en estado natural, en relación directa con la naturaleza. Todas estas, sobre todo la libertad y la relación directa con la naturaleza definen a Léo, un ser que se les apaña con lo que puede y como puede, con un sensualismo entre asceta y cínico (entendido desde su aspecto filosófico antes que el mundano) y cuyas formas propias lo hacen buscar lo imposible, para tomar distancia en cuanto lo tiene y es atrapado por ello.
“Salvaje” llegará a las salas de cine de México el viernes 27 de Septiembre de 2019.