Reseña de la película: Placa de Acero
Título original: Placa de Acero
Año: 2019
Duración: 100 min.
País: México
Dirección: Abe Rosenberg
Guion: Joseph Hemsani, Abe Rosenberg
Música: Christian Paris
Fotografía: Tom Banks
Reparto: Alfonso Dosal, Adrian Vazquez, Eduardo España, Noé Hernández, Arnold Y. Kim, Adrian Yun, Quetzalli Cortés, Costanza Andrade
Productora: Magnifico Entertainment
Género: Acción | Comedia | Thriller
Este 15 de noviembre llega a las salas de cine Placa de Acero, la nueva cinta del director Abe Rosenberg y protagonizada por Alfonso Dosal, Adrián Vázquez, Noe Hernández y Lalo España. Esta comedia mexicana intenta mandar un mensaje a las fuerzas del orden y al público en general sobre la corrupción y los valores que debería tener un policía.
Roberto S. Recto acaba de graduarse de la Academia de policía como elemento de excelencia, no sólo en las pruebas físicas sino en las de conocimientos y rectitud. En cuanto se presenta en su nuevo centro de trabajo se le asigna como pareja al oficial Adrián Vázquez, una antítesis del primero y que representa a la concepción social que se tiene de los uniformados.
Las cosas marchan mal entre los dos desde el primer minuto, pero tras una serie de homicidios perpetrados por un caníbal, ambos deberán hacer a un lado sus diferencias para así encontrar la raíz del problema y salvar civiles a la par que entienden las motivaciones del otro y muestran la falta de empatía que existe hacia los policías.
En cuanto a la trama, pese a tener momentos de tensión y ciertas cosas que podrían considerarse interesantes, en general es bastante aburrida y monótona al menos la primera mitad, donde no logras empatizar con los protagonistas ni sus motivaciones y pareciera más alguna parodia o crítica a los protectores de la ley. Llena de clichés y burlas, la historia pierde credibilidad y sentido pese a no ser del todo predecible; sin embargo, el guion dejó pasar elementos que pudieron ser mejor explotados y los convirtió en un mero sketch cómico.
Los personajes juegan como arma de doble filo para la cinta, si bien se quedan estancados en el imaginario colectivo donde los policías tienen problemas de obesidad, son corruptos y parece que no hacen nada en pro de la ciudadanía, no dando ningún elemento nuevo y usándolos para mofarse, también es cierto que se vale de esto para hacer una crítica a los servidores públicos y también a la ciudadanía, quienes han perdido toda confianza y respeto hacia ellos y no sólo les insulta sino entorpece su trabajo.
La fotografía se sale del molde ya que no nos presenta los típicos lugares de la Ciudad de México, esta vez se tomaron en cuenta locaciones como Tláhuac, Iztapalapa, Nezahualcóyotl y El bordo de Xochiaca, lo cual lo considero un acierto ya que dota a esta comedia de realidad al echar una mirada a la situación de varias colonias olvidadas en las que ni los policías se atreven a entrar.
Las interpretaciones son buenas y acordes al tipo de cinta, los mismos actores mencionaron en conferencia de prensa que para sus escenas había un elemento real indicándoles cómo proceder y que muchas personas los insultaron creyendo que eran uniformados. Si bien el guion tiene deficiencias y problemas en cuestión de narrativa y trama, el propósito de criticar a ambas partes –elementos de seguridad y ciudadanos− y sentar la interrogante de qué ocurriría si cada parte hiciera lo que les toca es bastante conciso, preciso y admirable por parte de una producción mexicana.