Reseña de la película: Pinocho
Título original: Pinocchio
Año: 2019
Duración: 125 min.
País: Italia
Dirección: Matteo Garrone
Guion: Matteo Garrone, Massimo Ceccherini
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Nicolai Brüel
Reparto: Federico Ielapi, Roberto Benigni, Gigi Proietti, Rocco Papaleo, Massimo Ceccherini, Marine Vacth, Paolo Graziosi,
Productora: Co-production Italia-Francia-Reino Unido
Género: Fantástico. Drama.
Este 11 de marzo llegará a los cines una versión más de Pinocchio −el cuento de Carlo Collodi que nos presenta las aventuras y desventuras de una marioneta que cobra vida y debe probar ser digno de volverse un niño de verdad− que, en lugar de basarse en el clásico de Disney nos remite a la historia original, suavizada para un público infantil, pero sin alejarse de la narrativa fantástica y algo “creepy” que promete un cuento de hadas.
La cinta respeta la premisa conocida de Geppetto creando una marioneta a partir de un tronco de madera al cual adopta como su hijo, intentando mandarlo a la escuela como una persona de bien, sin contar que el pícaro, no bien ve la oportunidad, termina apartándose de su padre al ser secuestrado por Stromboli y su teatro de marionetas, mismo que será únicamente el inicio de una sucesión de desventuras para el chico que, pecando de ingenuo –cayendo de la gracia del público en diversas ocasiones− no bien sale de un problema para caer directo en otro.
La existencia de las diversas criaturas del bosque, que no pierden por completo su parecido con los humanos, así como el bien cuidado trabajo del departamento de edición y maquillaje para mirar la madera que conforma a Pinocho, son solo algunos ejemplos del cuidado al detalle que no se limita a dejar todo a la fuerza interpretativa o los paradisiacos escenarios, sino que sabe que debe captar la atención del espectador –en su mayoría niños− con todas las herramientas disponibles.
Federico Lelapi logra interpretar a un Pinocho que lejos de robarnos el corazón desde sus primeros minutos de pantalla nos hace replantearnos los límites entre travesura y canallada, incluso exasperarnos, al ver que no parece aprender la lección; sin embargo, esto es precisamente lo que lo hace un buen Pinocho, ya que el objetivo de todo cuento – que la gente sigue llamando para niños gracias a Disney− es apartar a los menores de los bien conocidos peligros del mundo exterior.
Benigni nos recuerda, pese al poco tiempo que lo vemos en pantalla, a su personaje de La vida es Bella, no porque esté encasillado sino debido a este sentimiento paternal de proteger a su creación y a la vez, de darle las herramientas para hacerle un hombre de bien aún a costa de grandes sacrificios.
Las fallas están a consideración del espectador, ya que es probable que no muchos entiendan la extraña tendencia de poner rasgos humanos en criaturas animales, como en un lento atún, o capten el extraño parecido de Pepe Grillo con el extraterrestre Gazu de los Picapiedra; sin embargo, a ojos de un público infantil más imaginativo, estos extraños seres recrearán de manera exitosa los mundos de fantasía que habita en sus mentes.
Pinocho es una cinta que más allá de traernos una cinta fiel a la historia original de la marioneta de madera, nos presenta una forma diferente pero exitosa de contar un cuento, mostrando al protagonista no como contenedor de todas las virtudes sino como lo que es, el vehículo para prevenir/advertir a los menores sobre los peligros no sólo de mentir sino de ser demasiado ingenuos y traviesos. El largometraje es no sólo cumplidor sino también entretenido y hasta conmovedor ya sea estés familiarizado con la historia como si no.