Reseña de la película: Miss Bala: Sin Piedad

Título en español: Miss Bala: Sin Piedad
Título original: 
Miss Bala
Dirección: 
Catherine Hardwicke
Guion: 
Gareth Dunnet-Alcocer
Fotografía: 
Patrick Murguía
Música: 
Alex Heffes
Elenco: 
Gina Rodriguez, Anthony Mackie, Matt Lauria, Ismael Cruz Cordova, Cristina Rodlo, Damián Alcázar, Aislinn Derbez, José Sefami, Ricardo Abarca, Daniela de la Fe
Género: Acción
Distribuidora: 
Sony Pictures
País: 
Estados Unidos
Duración: 
104 min.
Fecha de estreno:
29 de Marzo de 2019

En el año 2011 el director Gerardo Naranjo dio vida a Miss Bala, una cinta pequeña (su presupuesto fue de 200,000 dólares) cuyo estreno se dio bajo el cobijo de la sección Un certain regard del prestigioso Festival de Cannes, en su edición del 2011. A su vez, el filme generó gran impacto, logrando una recaudación de taquilla de 75 millones de dólares y el ser propuesta como representante mexicana para los premios Oscar del 2012 (aunque no llego a la selección final).

La historia, sencilla en su trama y su exposición, narra los hechos (inspirados a su vez en hechos reales) que acontecen en torno a la tijuanense Laura Guerreo (Stephani Sigman), una mujer joven, guapa y de orígenes humildes que sueña con convertirse en Miss Baja California, quien se ve inmersa en el mundo del narcotráfico dirigido por Lino Valdez (Noé Hernández) tras ser testigo de una balacera en una discoteca en días previos al certamen en el que ha soñado participar y ganar.

La cinta, que puede considerarse como una de las tantas manifestaciones artísticas y culturales que se dieron en respuesta y reproche a los resultados arrojados por la estrategia de lucha contra el narco establecida por el gobierno de Felipe Calderón, no escatima, en la medida de sus recursos, la exposición de retratos sobre la violencia que dicha estrategia género en la sociedad mexicana, tanto en la sociedad misma como en los individuos que la componen.

Ocho años después llega un remake que, aunque co-producida por Canana Films (compañía mexicana fundada por los actores Gael García Bernal y Diego luna que estuvo detrás del proyecto original), tiene poco que ver con su estructura origen, a pesar de tomar prestado por completo el argumento del mismo.

En esta ocasión la protagonista es Gloria (Gina Rodríguez), una norteamericana de orígenes mexicano y maquillista que viaja a Tijuana para apoyar a una amiga que busca ganar el certamen de belleza de su estado. Como es de esperar, todo el plan se va por el hoyo cuando ambas mujeres quedan separadas tras un tiroteo en una discoteca días previos a que se lleve a cabo el concurso. Como también es de esperarse, Gloria hará todo lo que este en sus manos para encontrar a su amiga, siendo parte de todo eso que tiene que hacer el enrolarse en las filas del narcotraficante Lino (Ismael Cruz Córdova) a la vez que a regañadientes se vuelve agente infiltrada de la DEA.

Es así que, lo que en su origen era un muestrario y crítica del narcotráfico y sus efectos sociales, individuales y corporales (en la original el sexo forzado no deja de ser mostrado con todo su hedor y dolor), el remake coquetea con los géneros B de venganza y héroes contra todo pronóstico, sin dejar de pasar los momentos de posible síndrome de Estocolmo devenido en idilio amoroso entre Gloria y su captor.

La cinta, por tanto, termina por generar secuencias de acción y persecución que, por imposibles (el ascenso de Gloria de tímida e inexperta maquillista a vengadora reclutada por Anthony Mackie, el Falcón del MCU, no deja de ser un chiste que funciona a múltiples niveles) e inconexas atraen por la hilaridad, tal vez involuntaria, que genera. Esta cualidad hace pensar que se está en presencia de algo salido de los experimentos temáticos en clave B de Robert Rodríguez, Quentin Tarantino o los pininos de Michael Bay antes que en la adaptación de un tema de trascendencia social a una audiencia ajena al mismo.

Este tono inconexo tal vez se deba al mando de Catherine Hardwicke, directora que es capaz de generar cintas de temas adolescentes rayanas al cine de culto con ganas de explorar la psique juvenil, como son Thirteen (2003) y Lord of Dogtown (2005), como lo es de hacer producciones que apelan al público adolescente desde una perspectiva facilona, como son la adaptación fílmica del Twilight (2008) de Stephenie Meyer y Red Riding Hood (2011).

Así este, su último trabajo, queda en cierta medida como un intento de mediar ambos polos, lo cual arroja resultados irregulares que dan material para risas y comentarios chuscos sobre la trama y su representación, regodeos visuales sobre la grandilocuencia y la pomposidad del crimen (que al parecer si paga, y paga bien), antes que sobre los climas de horror y tensión que la delincuencia siembra en los cuerpos y las calles de las zonas por las que se campea.

“Miss Bala: Sin Piedad” llegará a las salas de cine de México el viernes 29 de Marzo de 2019.

Alberto Marín