Reseña de la película: Mirreyes vs Godínez

Título original: Mirreyes vs Godínez
Dirección: 
Chava Cartas
Guion: 
María Hinojos
Fotografía: 
Alberto Casillas
Música: 
Rodrigo Dávila
Elenco: 
Roberto Aguire, Diana Bovio, Regina Blandón, Christian Vazquez, Hernán Mendoza, Claudia Ramírez, Pablo Lyle, Alejandro de Marino, Daniel Tovar, Gloria Stalina
Género: 
Comedia
Distribuidora: 
Videocine Distribución
País: 
México
Duración: 
94 min.
Fecha de estreno:
 25 de enero de 2019

La comedia parece ser el género que define a la industria cinematográfica mexicana desde sus inicios. A la vez, parece que la comedia es lo que más lastra a la industria cinematográfica mexicana, en parte debido a la sobreexplotación de temas y en otra a los actores recursivos que más parecen rehacer el mismo papel una y otra vez antes que desarrollar personajes nuevos.

Frente a este panorama, Mirreyes contra Godínez (2018), la nueva apuesta de Chava Cartas (Héroes del Norte, El dandy, Treintona, solterona y fantástica) tiene algo de refrescante, lo cual no es un mérito en sí mismo, pero al menos permite juzgar la obra desde otra perspectiva.

Sinopsis: 

Es la historia de Genaro, un godín alfa que ha dedicado mucho es fuerzo y trabajo a crecer en el mundo laboral y ascender en Zapaterías Kuri. Cuando de pronto, se encuentra con Santi Kuri, el hijo del dueño, un Mirrey que ahora trata de imponer su visión en la empresa y sacar a los “Godínez” de la jugada. Pero en esta tribu, como sabemos no se dan por vencidos tan fácilmente y lucharán con todo y sus tuppers para mantener el lugar que se han ganado dentro de la empresa.

Opinión de la Película:

A partir de una premisa básica, en la que el heredero de un emporio zapatero (Pablo Lyle) enfrentará su visión de negocios y su equipo de trabajo frente a los propios del gerente de dicho emporio (Daniel Tovar), Cartas entrega una comedia de ensamble que, sin arriesgar mucho, logra el objetivo mínimo de entretener, lo cual tampoco es un mérito que salve por sí mismo toda la producción.

Los problemas con la cinta son la falta de cohesión en el tono y en el desarrollo de personajes. Estos problemas pueden ser medianamente perdonables puesto que son propios de una comedia coral de ensamble, incluso cuando está es realizada en Hollywood. No obstante, para el caso de esta cinta, se mezclan con la necesidad de darle cierre a 8 personajes y 3 romances, lo cual detiene el desarrollo del conflicto detonante y hace que hacia el final de la cinta todo ocurra apresuradamente, viéndose en la necesidad de generar dinámicas cliché que al parecer serían evitadas en pos de una visión actual de las relaciones interpersonales y laborales.

Al menos se nota cierta contención con los cameos de Carlos Ballarta (el cual también se muestra contenido pero efectivo) y Roberto Palazuelos (el mirrey original de estas tierras mexicanas), lo cual también es celebratorio considerando la tendencia mexicana a darle un peso desproporcionado a los cameos con la intención de maquillar defectos en la trama y atraer dividendos a la taquilla.

Es afortunada también que se evite caer en la comedia escatológica y se busque una comedia más madura (la clasificación es B-15) con chistes subidos de tono que requieren de manifestaciones corporales explícitas pocas utilizadas por estos lares, y escenas no necesariamente subidas de tono que hablan de temas maduros que no suelen mostrarse en pantalla, y que se dejan para cintas de corte dramático.

El mérito, si es que es necesario proponer uno, o los méritos, radican en un elenco que aporta caras nuevas al panorama actual del cine, lo cual es de agradecerse en virtud de que siempre son los mismos en las mismas películas. Meritorio también son los retratos logrados que hacen Daniel Tovar de un godín aspiracional y Diana Bovio como la godín buena-onda-intrusiva que está al pendiente de todas las vicisitudes del personal al tiempo que busca colocar sus productos de catálogo. Y, para finalizar los posibles méritos, se debe señalar lo logrado por el conjunto de mirreyes, que evitan caer en la enésima repetición de los Nobles y su séquito de amigos vivales, generando personajes que, si bien no inventan el hilo negro, al menos fracasan evitando la caricatura de la caricatura.

Es así que Mirreyes contra Godínez, aunque pobre en su parte crítica al lograr resultados medianos al abarcar más de lo que puede, logra un producto de entretenimiento ligero en gran medida a la química lograda entre los actores, y que permite mostrar que se puede hacer algo más allá de los chistes y actuaciones simplones de Omar Chaparro y de la apreciable pero recurrente anatomía de Martha Higareda.

“Mirreyes vs Godínez” llegará a las salas de cine de México el viernes 25 de enero de 2019.

Alberto Marín