Reseña de la película: Matthias y Maxine

Título original: Matthias et Maxime

Año: 2019

Duración: 120 min.

País: Canadá

Dirección: Xavier Dolan

Guion: Xavier Dolan

Música: Jean-Michel Blais

Fotografía: André Turpin

Reparto: Xavier Dolan, Anne Dorval, Pier-Luc Funk, Catherine Brunet, Gabriel D’Almeida Freitas, Antoine Pilon, Marilyn Castonguay, Adib Alkhalidey, Micheline Bernard, Samuel Gauthier

Productora: Sons of Manual

Género: Drama | Homosexualidad. Amistad

 

«Matthias y Maxime» es la nueva cinta del director Xavier Dolan, producción que arranca suspiros de espectadores y reabre el debate sobre la masculinidad y el descubrimiento personal.

Dos amigos de la infancia en medio de un beso que lo cambia todo, una simple acción que hará que su mundo ahora se encuentre de cabeza. Algo así era la primicia de esta cinta, pero bastaron unos minutos del inicio de la cinta para darme cuenta del mundo que rodeaba a Matthias y a Maxime, y como este estaba a punto de cambiar. Por un lado, Matt, es un abogado en ascenso, tiene novia con la que ya está a punto de llegar al altar. Junto con Max, forma parte de un grupo de amigos que prevalece desde la infancia. Por su lado, este otro protagonista (Max) es un bartender con una vida un poco más complicada, su madre adicta y en la lucha por su rehabilitación ponen a este personaje en un cúmulo de emociones a punto de estallar.

Es durante una reunión en donde la hermana menor de unos de sus amigos pide ayuda a los amigos de su hermano: participar en su cortometraje. Todos se rehusan, menos Max, quien se propone a tenderle una mano. Matt termina siendo arrastrado para se el otro actor en la historia de la joven estudiante de cine. Amos desconocen que su escena requiere de una única toma, nada más que un beso en los labios entre ambos.

La escena ocurre y, con ello, una serie de eventos posteriores que trae a su cabeza una desenfrenada ola de preocupaciones y cuestionamientos sobre lo que cada uno siente y es. ¿Cómo resolver dentro de ti algo que durante toda tu vida creías que eras y —de un momento a otro— un mundo desconocido aparece? ¿Cómo hacerlo antes de que Max se vaya a Australia para olvidarse de todo? ¿Realmente quieren hacer algo al respecto? Absorbe su energía, cabeza y tiempo, pero ¿es lo que quieren? ¿Qué quieren?

Son diversas las incógnitas con las que ambos personajes se encuentran, todo en medio de su cotidianidad que parece ahora se ha vuelto el pensar no solo en lo qué pasó, sino en lo que ocurre en sus cabezas.

La cinta es ágil, rápida y digerible. Es fácil de comprender y contiene espacios para que haya una variedad de escenarios que la hacen enriquecedora. Su fotografía es dinámica, limpia y se encuentra repleta de simbolismos que nutren la vista del espectador tanto o más como la historia misma.

La adición por el soundtrack es tan impredecible como tangible, su musicalización, así como el especial uso de los sonidos transportan al espectador y rompen la cuarta pared. No es una historia de amor sosa, es todo lo contrario, desde la confusión de un hombre que nunca se ha planteado lo que es o lo que quiere. El tiempo entre diálogos y escenas es preciso y exacto, tanto como el desenvolvimiento del manejo de las emociones de los personajes.

El agua como recurso de tormenta mental y el interior de un lago agitado como propuesta de la lucha interna, son parte de la trama.

En su haber, Max intentará aparentar que la actitud adquirida de Matt tras los acontecimientos,m no le afecta. Mientras que esté otro, intentará mantener su cabeza ocupada; sólo qué hay dos verdades. 1- Para bien o para mal, hay un sentimiento que ambos tienen que resolver. 2- No te puedes perder esta película que estará dentro de la 2ª Semana de Cine Canadiense del 20 al 26 de marzo en las salas de Cinépolis.

Consulta tu cartelera y no te pierdas de esta agitada, cuestionable y conmovedora historia.

 

Jean Carlos Muñoz