Reseña de la película: Freaky
Freaky, Este slasher está para matar… de risa
Uno de los subgéneros más recurrentes en el terror y el suspenso es el slasher. Desde aquellas épocas donde Hitchcock nos presentaba a este dueño peculiar del Motel Bates y una escena de regadera icónica, pasando por una familia de caníbales cuyo mayor peligro era un desfigurado con motosierra, hasta los enmascarados inmortales que atacan a los jóvenes en campamentos apacibles o en la noche más terrorífica del año.
El slasher, que tuvo un auge tremendo en la década de los 80, ha sido objeto de sátira por parte de uno de los denominados “maestros del terror”, Wes Craven, quien tomó las reglas establecidas en la fórmula del mismo para crear una especie de burla respetuosa en la saga de Scream con su villano Ghostface, riéndose muy seriamente de los arquetipos y clichés que explota ese subgénero.
Ahora toca el turno al director y guionista Christopher Landon (Feliz Día de tu Muerte) de tocar de nuevo el slasher de manera muy cómica, no solo burlándose del estereotipo cantado de este subgénero sino haciendo unos cuantos homenajes a grandes filmes de terror con un toque de comedia teen a lo Viernes De Locos (Nelson, 1976) aderezada con unos cuantos litros de sangre en Freaky: Este cuerpo está para Matar.
No cabe duda que Landon encontró un buen cobijo en el manto de Blumhouse, productora que se caracteriza por explorar y explotar ideas de serie b o bajo presupuesto dándole además voz a una camada de directores nuevos que aman el género (Jordan Peele, Leigh Whannell, James DeMonaco, entre otros) en historias que pueden ser exitosas, arriesgadas o tremendos fiascos.
Si hay algo que este director ha sabido hacer durante los últimos cinco años, desde su filme A La Ch$&@#% con los Zombies (2015) es hacer una adecuada mezcla entre los subgéneros de cintas de terror y hasta sci fi con una comedia muy particular que se burla de las reglas para contar sus propios relatos de manera efectiva. El realizador, que esta vez coescribe el guion al lado de Michael Kennedy, se muestra un sabedor del género, mismo que le cobijó desde el año 2010 al entrar como guionista y eventualmente director de la saga de Actividad Paranormal.
En Freaky, ese lado conocedor de los clásicos del terror sale a flote y lo hace de manera respetuosa e hilarante. La historia nos presenta a Millie (Kathryn Newton), una adolescente poco popular, debilucha, una perfecta víctima, que de repente tiene que enfrentarse al infame Asesino de Blissfield (Vince Vaughn). Pero las cosas dan un giro cuando, de repente, el asesino y la adolescente intercambian cuerpos, descubriendo que tienen 24 horas para regresar a ser ellos mismos.
El toque de Landon se siente sobre todo en la ambientación, misma que de nueva cuenta se desarrolla en un ambiente adolescente escolar, que otra vez tiene un baile donde puede desatarse toda la locura en el clímax, entre otros detalles que se están convirtiendo en característicos para el director. Otro acierto es la musicalización de Bear Mcreary, quien no es nada ajeno al terror y que se alía con este realizador una vez más, dándole un toque especial al filme, jugando con las atmósferas de suspenso y comedia que el mismo ofrece.
La cereza del pastel la ponen los protagonistas, ya que sus interpretaciones le dan la fuerza necesaria a esta comedia de horror. Kathryn Newton pasa de ser una inocente y débil jovencita a ser alguien ruda, mal hablada y con una actitud bastante malévola, dándole el giro necesario a su rol. Pero es Vince Vaughn quien se roba el show. Ya sea repitiendo los clásicos movimientos de un asesino en estos filmes o con la hilarante manera en que da esa transformación a Millie en su cuerpo, con los manerismos, la acentuación y todo el paquete completo.
La principal virtud de Landon no es la originalidad ni el bien llevado mash up de ideas gore con comedia teen y los guiños al slasher, sino que justamente le saca provecho a esos arquetipos para regalar una comedia de terror que entrega muy buenos momentos y hace gala respetuosa de un subgénero que, por más desgastado que pueda estar, sigue siendo efectivo si se sabe como hacerlo. Así, Freaky llega para matar pero de risa al espectador que es fan del terror pero también a los que gustan de una buena comedia juvenil.