Reseña de la película: Esto no es Berlín

Título original: Esto no es Berlín aka

Año: 2019

Duración: 115 min.

País: México

Dirección: Hari Sama

Guion: Rodrigo Ordoñez, Hari Sama, Max Zunino

Fotografía: Alfredo Altamirano

Reparto: Xabiani Ponce de León, José Antonio Toledano, Ximena Romo, Hari Sama, Mauro Sánchez Navarro, Klaudia Garcia, Marina de Tavira, Lumi Cavazos, Juan Carlos Remolina

Productora: Catatonia Films

Género: Drama

Sinopsis:

A las puertas de la Copa Mundial de Fútbol de 1986, Carlos, un chico de diecisiete años, está más interesado en escuchar música y admirar a Rita, la hermana de su mejor amigo, Gera. Su vida monótona termina cuando la banda gótica de Rita les introduce a un club nocturno clandestino, «El Azteca». Ambos quedarán embelesados con este mundo de performances, ambigüedad sexual y drogas. Sin embargo, en esta exploración de sus nuevas identidades, también se pondrá a prueba su amistad.

Opinión De La Película:

Analizar la contracultura en México, a diferencia de sus contrapartes europeas o norteamericanas, suele hacerse desde el cine documental o el de crítica social. Es raro encontrar un trabajo que se centre en retratar de manera digna no sólo el contexto social, sino también el punto de vista subjetivo de los personajes que sirven de vehículo para transmitir el mensaje.

Hari Sama entra al quite con su más reciente trabajo, Esto no es Berlín (2019) relato sobre el despertar sexual y político de un par de jóvenes preparatorianos, Carlos (Xabiani Ponce de León) y Gera (José Antonio Toledano), amigos y vecinos que hacen las típicas cosas de adolescentes de mediados de los 80’s made in Mexico: participar en batallas campales contra alumnos de otras escuelas, fumar a escondidas mientras discuten de música, hojear y tomar a hurtadillas las revistas pornográficas del padre de Carlos, pero, sobre todo, tratar de demostrar que son más adultos que lo que sus padres, amigos y profesores pueden suponer.

Esta búsqueda de identidad rebelde, a la vez que “madura”, se encuentra auspiciada, sin querer, por la presencia de Rita (Ximena Romo), diva dark en ciernes que es la hermana mayor de Gera y el amor imposible de Carlos, quien los sumerge en la escena post punk/dark wave de la ciudad de México, en la cual no sólo se hayan expuestos a las músicas de vanguardia europea, sino también a los excesos y desafíos de una juventud que se siente atrapada entre las ansias de imponer un sello particular a sus incursiones artísticas, a la par que buscan el reconocimiento y la validación de la escenas internacionales.

Si bien esto daría pie a que el filme entrará de lleno en una romantización del pasado, o en una herramienta ideológica vindicativa cuestionable por cursi y paupérrima, Sama logra establecer gracias a la mirada de sus personajes, en particular la de Carlos, una narrativa que va más de la universalidad (si es posible hablar de ella) de los sentimientos y tribulaciones de los adolescentes.

Aunque por momentos tropieza con la exposición poco sutil (diálogos sobre las drogas y las obligaciones de la familia y el arte en momentos de jaque político para México), y desatiende el talento de Marina de Tavira (en un personaje cercano al de la madre acongojada que hizo en la Roma  de Cuarón), Ponce de León logra dar con las notas necesarias para crear un personaje que, aunque pintado como sensible y dotado, no cae en los clichés y tiene carne y sustancia con escenas en las que estas cualidades, al principio un tanto inciertas y casi innecesarias, poco a poco le permiten lograr contactar con los movimientos del grupúsculo de creadores que giran alrededor del club Azteca (sitio de las tocadas del grupo de Rita) y de su “chamán” residente, Tito (Américo Hollander), figura cuya sombra atrapa a Carlos a la par que dibuja las poses de los jóvenes músicos que a futuro moldearían buena parte del estilo del rock nacional.

A ello se le suman los apoyos de Romo y Toledano (este último dejado de lado por momentos, pero cuyo arco dramático aporta su grano al tema de la inclusión y el respeto), encarnando a niños clase media que, aunque son catalogados como bonitos con —vos por la ­banda banda en los andurriales de Ecate(punk)pec, se alejan lo suficiente de las actuaciones afectadas que harían de ellos una pálida y deslavada broma antes que entregar la representación no estereotipada por la que esa tribu urbana sigue trabajando; aunado a ello está una banda sonora concisa y precisa que acompaña un diseño de producción y la fotografía de Antonio Altamirano que hacen lo (im)posible por mantener la recreación de la situación temporal y estilística, con lo cual Sama entrega un recuento más que digno de una episodio no siempre reconocido del under mexa, pero cuyo legado está más cerca de lo pensado.

“Esto no es Berlín” llegará a las salas de cine de México el viernes 13 de diciembre de 2019.

Alberto Marín