Reseña de la película: Espíritus del mar
Título original (Japones): 海獣の子供 (Kaijū no Kodomo)
Título en español: ESPÍRITUS DEL MAR
Título en inglés: CHILDREN OF THE SEA
Duración: 110 min
Dirección: Ayumu Watanabe
Guión: Daisuke Igarashi
Producción: Eiko Tanaka
Compañía Productora: Studio 4°C
Fotografía: Miyuki Ito
Edición: Shinji Kimura
Dirección de Arte: Ken’ichi Konishi
Sonido: Koji Kasamatsu
Música: Joe Hisaishi
Animación: Kenichiro Akimoto
Reparto: (voces) Mana Ashida, Hiiro Ishibashi, Seishû Uragami, Win Morisaki
Fecha de estreno: 15 de Noviembre de 2019
Hay gran cantidad de sonidos en el mundo capaces de sobrecoger al ser humano. Entre ellos podemos mencionar los truenos, las armas de fuego al ser disparadas, las alertas de tsunami en Japón y claro, el canto de las ballenas. Y son precisamente estos cetáceos−capaces de comunicarse a través de su canción− los que atañen a Espíritus del mar (Kaijū no kodomo), la nueva cinta de Ayumu Watanabe y basado en el manga homónimo de Daisuke Igarashi.
La historia se centra en Ruka, una chica con problemas familiares a la que para colmo le han prohibido estar en el club deportivo durante vacaciones. En su vaivén buscando cómo entretenerse termina en el Acuario donde trabaja su padre y ella solía pasar tiempo de pequeña, es allí donde conocerá a Umi y Sora, dos chicos criados por manatíes y quienes misteriosamente han adaptado su fisionomía a la vida marina, lo que les permite pasar gran cantidad de tiempo bajo el agua pero les obliga a estar casi todo el tiempo mojados, de lo contrario su piel comenzará a secarse y ellos a deshidratarse.
Entre travesura y travesura, Ruka empieza a notar las cosas extrañas que ocurren en torno a sus nuevos amigos, lo que va desde la muerte masiva de infinidad de animales marinos encontrados en la playa –escena terriblemente realista y cruda− hasta su inexplicable naciente habilidad para entender el canto de las ballenas, quienes parecen estar haciendo un llamado para reunirse en torno a un acontecimiento importante.
Científicamente hablando aún no se sabe en concreto por qué cantan –las teorías van desde un llamado de apareamiento hasta el dar a conocer el descubrimiento de un gran banco de peces−, pero se cree que estos seres son capaces de comunicar aún más ideas y pensamientos que a través de estas ondas que los humanos usando las palabras y Ruka, de buenas a primeras, comienza a ver en imágenes las ideas transmitidas por estos colosales seres. Y es entonces cuando sus nuevos amigos compartirán con ella uno de los secretos mejor guardados en el fondo del mar.
La historia aunque pareciera simple al tratarse de niños y animales marinos, en realidad termina volviéndose compleja, usando la ingenuidad de la edad para ejemplificar el daño que el ser humano ha provocado en los ecosistemas. La trama entreteje fantasía con realidad mezclando datos científicos con cuentos japoneses que dan explicación a muchas de las extrañezas ocurridas en el mar, así mismo da un mensaje rotundo sobre lo conectados que estamos todos los seres vivos.
La narrativa es fluida y pese a que deja varias preguntas al aire –normal en la animación japonesa− envuelve poco a poco al lector en la búsqueda realizada por los niños; sin embargo, no es una cinta sencilla ya que durante el clímax ocurren tal cantidad de acontecimientos que es fácil perder el hilo argumental y centrarse únicamente en la sobrexposición de imágenes y sonidos, los cuales pueden ser apabullantes.
Visualmente es una película hermosa, el detalle más notorio es el cuidado puesto en los ojos que sin dejar de tener el toque de animación japonesa transmiten mil emociones. Así mismo, las escenas bajo el agua son asombrosas, te transportan cientos de leguas bajo el mar, ese territorio inexplorado por el hombre pero que de seguro esconde –tal y como lo menciona el filme− secretos inimaginables. Los efectos a la hora de clímax también son apantallantes y te hacen rememorar escenas emblemáticas de otros animes como Evangelion y Full Metal Alchemist.
De la banda sonora sólo basta mencionar que fue creada por Joe Hisaishi, prolífero compositor japonés y director de orquesta, responsable de más de 100 bandas sonoras, quien es mundialmente conocido por su trabajo al musicalizar de varias cintas de Hayao Miyazaki y Estudio Ghibli. Su trabajo en este largometraje es exquisito, mezclando música tradicional con arreglos de electrónica sabe realzar de forma armoniosa los sentimientos ya transmitidos gracias a la animación.
Las voces en japonés tiene nombres como Hiiro Ishibashi (Miguel en Coco para la versión japonesa), Mana Ashida (la joven Mako Mori en Titanes del Pacífico), Seishû Uragami (Anohana: la flor que vimos ese día) y en cuanto al doblaje latino que fue dirigido por Gabriel Gama (Inuyasha) están actores de la talla de Cristina Hernández (Sakura Card Captor), Héctor Mena (Los caballeros del Zodiaco Omega), Alejandra Delint (Swort art online), Ángela Villanueva (Inuyasha), entre otros.
Así que no lo pienses más, este 14, 15 y 16 de noviembre no te pierdas Espíritus del mar en tu Cinépolis más cercano y experimenta 110 minutos de un viaje submarino que no sólo te contará una hermosa historia sino que te hará correr al Acuario más cercano para conocer más sobre toda la vida marina. Recuerda esperar al final de los créditos ya que esta cinta cuenta con un epílogo.