Reseña de la película: El puente maldito
Título original: The Bridge Curse
Año: 2020
Duración: 120 min.
País: Taiwán
Dirección: Lester Shih
Guion: Keng-Ming Chang, Po-Hsiang Hao
Música: Wen Tzu-Chieh
Reparto: Janine Chang, Cheng Ko, J.C. Lin, Summer Meng, Vera Yen, Wan-Ru Zhan
Productora: Double Edge Entertainment, Lots Home Entertainment, Pegasus Entertainment
Género: Terror. Thriller
Uno de los aciertos del terror asiático es situarnos en un lugar aparentemente común que termina transformándose en una puerta con el inframundo. En el caso de El puente maldito, utiliza uno de los sitios más terroríficos en cualquier cultura, ya que los puentes han sido testigos de innumerables suicidios y homicidios que justamente dan pie a esta historia que puedes ver desde hace unos días en Netflix.
La cinta inicia con una joven reportera que está filmando un documental, en compañía de su camarógrafo, sobre un puente situado cerca de lo que fuera una universidad en Taiwán. Según la leyenda urbana, en este lugar se suicidó una mujer cuando fue plantada por su amante, con quien huiría esa noche y desde entonces, su espíritu pena en ese lugar.
Como resulta lógico, cada año los estudiantes hacen una prueba de valentía –tan presente en los animes japoneses− donde deben cruzar el puente y esperar que el fantasma no los persiga hasta matarlos; sin embargo, el 29 de febrero del 2016, unos alumnos que hicieron la prueba, fueron encontrados muertos. Por tal motivo, la periodista, en el siguiente año bisiesto, decide investigar qué los orilló a “suicidarse”, encontrándose con perturbadoras pistas en su intento.
Uno de los elementos que ayudan a la narración de la cinta es la analepsis ya que vemos a través de los ojos de los chicos que participaron en la prueba de valor, al tiempo que vemos a la periodista recorrer los mismos lugares que ellos recorrieron en el ahora abandonado campus. Esto permite no sólo tener un mejor entendimiento de los hechos, sino que demuestra que el director, pese al poco presupuesto, intentó contar la historia de la forma más dinámica posible.
La trama es predecible desde el inicio por la mera certeza de estar viendo una historia de fantasmas, no tanto una película de terror sino un hecho inexplicable que ocurrió a raíz de una leyenda urbana, ya sabes, ese tipo de anécdota que va pasando de boca en boca hasta que alguien te lo platica como si le hubiera ocurrido a alguien de su familia.
Sin embargo, gracias a los movimientos de cámara y el uso de “found footage” –recurso utilizado de mejor manera en El proyecto de la bruja de Blair− para presentarnos el material como verídico y recién descubierto, logra crear una atmósfera de tensión durante casi toda la cinta, alejándose de los clásicos sustos americanos y recurriendo a las mujeres de larga cabellera, pero esta vez, sin mostrar todo desde la primera toma.
El puente maldito es una cinta entretenida para quienes gustan del terror oriental, pero quieren darse un respiro de cintas parecidas a JU-ON o Ringu. Sin ser el mejor exponente del género y con una falta de presupuesto bien disimulada gracias al ingenio del director, funciona a la hora de presentar una historia que no pretende otra cosa que entretener y pegar uno que otro susto.