Reseña de la película: El Castillo de Cagliostro
Título original: Rupan Sansei: Kariosutoro no Shiroaka
Año: 1979
Duración: 110 min.
País: Japón
Dirección: Hayao Miyazaki
Guion: Hayao Miyazaki, Haruya Yamazaki, Yasuo Otsuka. Manga: Monkey Punch
Música: Yûji Ôno
Fotografía: Animación, Hirokata Takahashi
Reparto: Animación
Compañías: Telecom Animation Film Company, TMS Entertainment
Género: Animación. Fantástico. Acción. Aventuras | Manga. Película de culto
Sinopsis
Lupin, un elegante y atlético ladrón, y su compañero Jigen viajan al pequeño ducado europeo de Cagliostro. Allí ayudarán a la bella Clarice, que intenta librarse del temible Conde Cagliostro, e intentarán resolver el misterio de un tesoro oculto que data del siglo XV.
Opinión
Debido a los 50 años de Lupin Tercero, cinco filmes protagonizados por este personaje tan emblemático y realizadas por diferentes directores estarán en varias salas Cinépolis. Frecuencia Geek tuvo la oportunidad de ver el Castillo de Cagliostro, uno de los títulos de la selección y la primera película dirigida por Hayao Miyazaki, mucho antes de que fundara el Studio Ghibli y se hiciera un renombre en el mundo.
Uno de los aspectos principales que podemos notar es la historia, muy a lo Miyazaki, es la mezcla de princesas, acción y aventura, pero sin dejar de lado los momentos emotivos y el dinamismo. Si bien aquí el protagonista es Lupin, un ladrón consolidado, la princesa Clarice tiene esa personalidad fuerte y a la vez dulce que comparten las protagonistas de Ghibli.
También podemos notar la reinterpretación de la historia de Lupin a través de los ojos de Hayao Miyazaki, ya que la primera serie del ladrón, en la cual Miyazaki también estuvo involucrado, éste es un mujeriego y tiene una temática no apta para todo público; sin embargo, en el Castillo de Cagliostro, se vuelve una especie de caballero romántico que genuinamente quiere ayudar a Clarice.
La cinta es entretenida y romántica sin ser empalagosa, conserva un ritmo entretenido y mucha comedia física, cargada con onomatopeyas. El papel de los compañeros de Lupin es escasa pero certera y ayudan a que la trama siga su curso. Si bien trae una inyección de nostalgia, sigue funcionando y causando risas.
La animación es aún a mano, sin tantos colores como en las películas de anime actuales, es más un ambiente sobrio y hasta oscuro, pero que funciona y no pierde calidad a lado de un producto de los últimos años. Sin duda se nota la mano de Hayao Miyazaki en la producción.
El castillo de Cagliostro es una de las cintas más importantes de Japón, no sólo por haber sido el despegue de Miyazaki, sino por ser una reinterpretación de una historia longeva y popular que este año cumple 50 años y que ha sido contada a través de la visión de diferentes artistas.