Reseña de la película: Cruella

Título originalCruella
Año 2021
Duración 134 min.
País Estados Unidos
Dirección Craig Gillespie
Guion Aline Brosh McKenna, Jez Butterworth, Kelly Marcel, Steve Zissis, Dana Fox, Tony McNamara
Fotografía Nicolas Karakatsanis
Reparto Emma Stone, Emma Thompson, Paul Walter Hauser, Joel Fry, Emily Beecham, Gianni Calchetti, Kirby Howell-Baptiste, Mark Strong, Kate Margo
Productora Walt Disney Pictures, Gunn Films, Marc Platt Productions
Género Comedia | Remake
Estreno 27 de mayo en cines. 28 de mayo en Disney Plus (costo adicional)

 

*Ningún perro fue dañado en la realización de esta película*

En los últimos años Disney se ha quedado sin ideas para sacar nuevas películas. Año con año vemos cómo se auxilian más de sus éxitos pasados que en seguir innovando (aunque hay excepciones como Soul, 2020), pero de un tiempo para acá les ha encantado meterse con remakes, secuelas o versiones live action de sus clásicos animados.

Dentro de éstos tenemos algunos aceptados como El libro de la selva (2016), otros medianamente aceptables como lo fue Dumbo (2019) y fracasos en streaming y taquilla como Mulan (2020). Sin embargo, ahora sorprenden con una propuesta un tanto arriesgada en Cruella.

En Maléfica (2014) ya Disney nos había planteado la posibilidad de contarnos una historia de origen de una villana en la que conocimos el porqué de sus acciones y como ciertos eventos de su vida pasada la llevaron a cometer o posicionarse como el villano que ya todos conocíamos desde años atrás.

Aunque Cruella parece tener el mismo enfoque, donde conocemos la historia de una villana clásica con un odio desmedido hacia los dálmatas y obsesionada con su propia imagen para lucir espectacular y extravagante, su planteamiento es distinto. Aquí, el relato manifiesta también las etapas de duelo y cómo la venganza se vuelve una de sus más grandes motivaciones, algo que en esta versión provocará que más de uno empatice con sus motivos y querrá portar orgullosamente el abrigo con manchas.

Después de algunos trágicos sucesos en su niñez, la protagonista se hace amiga de Jasper y Horacio, sus fieles secuaces delictivos con los que contaremos a lo largo de toda la trama, notando cómo fueron evolucionando tanto en su manera de delinquir, del uso de ciertas herramientas a su favor además de lo más importante: sus fieles acompañantes caninos, quienes en más de una ocasión se robaron la pantalla.

Emma Stone se mete en la piel de Cruella, luciendo impecable en este live action de origen. Y aunque mucho se habla de su rol en comparación con el Joker de Joaquín Phoenix, mientras la historia avanza nos daremos cuenta de lo errónea que resulta esa analogía. Stone logra mimetizarse con el personaje y darle una evolución completa conforme transcurre la trama, notándose en algunos diálogos donde realmente muestra su rango actoral y talento, así como una transmisión de muchas emociones que van desde la alegría, la locura, hasta la tristeza.

 

Jasper y Horacio, interpretados por Joel Fry y Paul Walter Hauser, tampoco pasan desapercibidos. La dupla que hacen tiene una química interesante, un complemento ideal para esta villana que se auxilia de sus secuaces siendo uno de los puntos más destacados del filme. Podemos ver su lado humano y cómo no solo siguen ciegamente órdenes, como en la cinta original de 101 dálmatas, sino que aquí se trabaja en su profundidad dándoles una preocupación real por su amiga.

Emma Thompson y Mark Strong tienen cada uno su momento para impresionar, sin robarse pantalla o atropellarse en el escenario entre sí. Ambos tienen su buena dosis de protagonismo mientras la trama avanza sin dejar huecos en sus historias.

Al ver esta película es inevitable remitirnos al trabajo que el director Craig Gillespie hizo con su anterior cinta, Yo Tonya (2017), pues hay muchos elementos que son similares entre sí como la manera de evolucionar y colapsar ante la gente, reaccionar ante la fama y la corrupción que las lleva al mal, entre otros puntos en común. En Cruella, Gillespie nos muestra la prueba de cómo se puede empoderar a una mujer sin caer en lo excesivo o cumplir una agenda.

En este filme la moda no puede quedar atrás, pues son 47 los vestuarios que ocupa Emma Stone durante la película, cada uno más impactante que el anterior. No cabe duda de que la labor de Jenny Beaven podría merecerle una nominación más al Oscar, premio que ha ganado ya dos veces por Mad Max: Fury Road y por la cinta de época A Room with a View, por lo cual no seria sorpresa que sea reconocida nuevamente en futuras entregas de premios.

La música no se queda atrás. La rebeldía, lo prohibido, pasando desde The Clash hasta Blondie inundan la banda sonora, en un soundtrack que pueden escuchar aquí y que nos hace estar inmersos dentro de los sentimientos de los personajes, las emociones que los rodean, pero sobre todo el contexto en el que la historia se desarrolla.

Es inevitable también realizar una comparación con la labor de Glenn Close en el live action de 1996, sin embargo, aunque en ese tiempo su interpretación fue un acierto, Stone y Gillespie logran darle un refresh a la historia dejándolas a ambas en un pedestal de los villanos clásicos de Disney, donde impregnan de humor, coraje y ese estilo psycho que las caracteriza dejando la vara alta dentro de los live action.

No cabe duda de que Disney se redime con esta película, probando que cuando la historia correcta está puesta en las manos correctas se hace una trama muy completa y llevadera para todos los gustos. La anarquía está aquí, abran paso a Cruella de Vil.

Deaoni Hyde