Reseña de la película: Brightburn: Hijo de la Oscuridad

Título en español: Brightburn: Hijo de la Oscuridad
Título original: 
Brightburn
Dirección: 
David Yarovesky
Guion: 
Brian Gunn, Mark Gunn
Fotografía: 
Michael Dallatorre
Música: 
Tim Williams
Elenco: 
Jackson A. Dunn, Elizabeth Banks, David Denman, Meredith Hagner, Matt Jones, Jennifer Holland, Steve Agee, Becky Wahlstrom, Stephen Blackehart, Terence Rosemore, Annie Humphrey, Christian Finlayson, Emmie Hunter, Mike Dunston, Gregory Alan Williams, Elizabeth Becka, Gwen Parrish, Leah Goodkind, Shaun McMillan, Michael Rooker
Género: Terror
Distribuidora:
Sony Pictures México
País: 
Estados Unidos
Duración: 
90 min.
Fecha de estreno: 
17 de Mayo de 2019

La idea sobre la que el director David Yarovesky basa su nueva película, Brightburn (2019), no es para nada original, al menos para los posibles espectadores que estén versados en las variantes viciosas y fascistas que diversas plumas han creado para Superman en DC, o para aquellos que tengan conocimiento básico del manga y el anime japonés, sobre todo de la historia de origen del conocido Son Goku de Akira Toriyama.

De igual manera, la noción del enemigo prácticamente invencible y a prueba de todo es bastante común en el cine de terror. Basta recordar la aparente resistencia y persistencia sobrenatural de Michael Meyers de Halloween para no ir tan lejos.

Si la historia es conocida y trillada en los extremos desde los cuales se configura, entonces, ¿en dónde radica el atractivo de Brightburn? La respuesta a esta pregunta se da al observar lo que acontece en pantalla, la cual exhibe una propuesta visual interesante que combina el género de súper héroes con elementos básicos de los géneros de terror y suspenso.

Esto se observa, en gran medida, en el trabajo de la fotografía, del cual destaca un uso de colores similar al usado por James Gunn (menos chillantes, pero igual de luminosos en la coloración del firmamento) en sus taquilleras y conocidas dos entregas de Guardians of the Galaxy del MCU.

Esa apuesta cromática busca darle notoriedad a un espacio que, trabajado con lentes grandes angulares, brinda una reinterpretación del horror espacial o cósmico, donde este no sólo señala los horrores que pueden acechar en la vastedad del cosmos sino que también apunta hacia un entendimiento perverso del espacio cotidiano, en el cual el sentido común del tiempo y el espacio se trastoca ante la presencia de un ser para quien las nociones de distancia y duración son cosas menos importantes y restrictivas en comparación con los demás personajes.

Así no sólo los lentes crean espacios que se extienden más allá de las nociones íntimas y seguras usualmente asignadas a los espacios rurales, sino que también los espacios abiertos se muestran aún más inmensos y agobiantes, al menos para los simples humanos; para aquel que acecha sólo es un pequeño escenario en el cual jugar con las presas.

De igual manera, esta subversión del espacio seguro se acompaña por momentos en los que el emplazamiento de la cámara crea pocos (aunque perturbadores) planos que se sienten anormales y, a medida en que el fondo toma claridad, se observa una vez más que el peligro no juega bajo las mismas reglas que los demás, ya que no sólo está más allá de la moral y la legalidad, también está más allá de las barreras físicas elementales.

Así, sin grandes sorpresas del guion, el cual es eficiente en la presentación de personajes y situaciones, Yarovesky ofrece una propuesta interesante que puede aporta nuevos elementos para la renovación de géneros gastados, como son los del suspenso y el terror, a la vez que puede brindar escenarios y temáticas nuevas a un cine de súper héroes que constantemente se señala como próximo a cansar, aunque todavía de muestras de su capacidad para modernizarse, en la medida en que busca y agrega directores jóvenes con miradas ingeniosas a sus filas con la intención de modificar las fronteras del género.

“Brightburn: Hijo de la Oscuridad” llegará a las salas de cine de México el viernes 17 de Mayo de 2019.

Alberto Marín