Reseña de la película: Aves de Presa y la Fantabulosa Emancipación de una Harley Quinn

Título: Birds of Prey (And the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn)
Dirección: 
Cathy Yan
Guion: 
Chuck Dixon, Jordan B. Gorfinkel, Christina Hodson (Cómic: Greg Land)
Fotografía: 
Matthew Libatique
Música: 
Daniel Pemberton
Clasificación: 
ATR
Distribuidora:
Warner Bros. Pictures
Elenco: 
Margot Robbie, Mary Elizabeth Winstead, Ewan McGregor, Jurnee Smollett-Bell, Rosie Pérez, Chris Messina, Derek Wilson, Steven Williams, Ali Wong, Matthew Willig, Charlene Amoia
Género: Acción
País: 
Estados Unidos
Duración: 
109 min.
Fecha de estreno: 
7 de Febrero

Cuando Warner anunció que Margot Robbie, talentosa actriz que poco a poco va abriéndose paso en Hollywood con buenos papeles y nominaciones a premios, era de las pocas que seguiría en su papel después del fracaso que resultó la muy fallida Escuadrón Suicida (David Ayer, 2016) para tener su propia cinta como Harley Quinn, la emoción de la gente no se hizo esperar.

Y es que si había algo que rescatar de esa mal llevada cinta de ensamble fue justamente la personalidad que Robbie inyectó a la demencial Quinzel, más allá de su romance innecesario con el Guasón más feo de la historia. Ahora dirigida por Cathy Yan, la cinta donde la tan aclamada emancipación de Harley Quinn sucedería al lado de las infames Aves De Presa, parecería que tendría todas las de ganar. Lamentablemente, no es así.

Si el universo cinematográfico de DC ha probado algo desde que inició con El Hombre de Acero (Snyder, 2013) hasta la aparición de Shazam (Sandberg, 2019) es una irregularidad constante de la cual parecía que al fin salían después de encontrar una adecuada narrativa y presentación de sus personajes, dejando de lado el tomarse en serio y su constante necesidad de meter cierta oscuridad en sus historias para abrazar la fantasía y comicidad que los cómics les ofrecían.

Sin embargo, tropiezos severos como el tabique lleno de referencias injustificadas de nombre Batman v Superman (Snyder, 2016) hasta el corte lanzado de La Liga de la Justicia (Whedon, 2018) el cual fue iniciado por un director y terminado por el que se quedó al final con el crédito, nos han demostrado que el camino no está muy claro entre lo que quieren hacer y a lo que quieren llegar, tratando de diferenciarse de Marvel/Disney pero sin lograrlo, pareciendo más como una carrera en la cual van a la zaga por muchos años.

Con un guión escrito por Christina Hodson y de la mano de Robbie, que a su vez funge como productora de la cinta, deciden contarnos lo que pasó con Quinn después de que rompe su relación con el Principe Payaso del Crimen y de cómo sobrevive en Gótica después de esto. Su travesía de «emancipación» la llevará a unirse con otras figuras: Black Canary (Jurnee Smollet-Bell) , Huntress (Mary Elizabeth Winstead) y la agente Renée Montoya (Rosie Perez). Así, todo este poder femenino tendrá que hacer equipo para enfrentarse a un mafioso de nombre Black Mask (Ewan Mcgregor), quien lleva control sobre la Ciudad y así proteger a una niña de las manos de este malvado criminal.

Robbie esta hecha para el papel de Harley, de eso no hay duda. El problema es que en esta cinta donde a todas luces debería ser un vehículo de lucimiento para este irreverente personaje da bandazos en cuanto a cómo la quieren presentar. Hay veces en que es buena, otras en que es mala y otras donde realmente no pareciera ser la Harley que conocíamos. Y qué decir de sus compañeras, las Aves de Presa del título, cada una pareciendo un cliché que a veces se toma demasiado en serio y otras cae en la casi parodia, fallando así en su credibilidad dentro de este relato que parece más una alucinación demencial que algo mínimamente coherente.

Esta constante falta de identidad es latente en toda la cinta y rompe mucho todas las intenciones de la misma. De repente vemos una violencia desmedida en pantalla para que después haya una escena donde no hay nada de sangre y se llene de colores y diamantina pareciendo más un show infantil que una cinta de acción clasificación R. Esa falta de balance entre saber si se toman en serio o explotan el factor fantástico afecta tremendamente, ya que hace que ciertas secuencias y los mismos personajes no sepan si ir por lo serio o de plano reírse de sí mismos.

El problema viene desde el guión, donde pareciera que de nueva cuenta DC tiene miedo de explorar las raíces de estas peculiares anti-heroínas pensando más en asuntos comerciales de que la vean niños y adolescentes a darle el enfoque más rudo que se buscaba. Y si, hay violencia en ciertos momentos pero pareciera que se auto-censuran con tal de que no obtengan una clasificación más adulta y hacerla más amigable, para chavos y adolescentes que algo realmente interesante en su propuesta.

Tristemente las Aves de Presa caen en el mismo pecado del Escuadrón Suicida, donde la falta de idea hacia quién va dirigida la cinta le quitó la fuerza a la misma para volverla mediocre. Y eso no es todo, ya que otra de las cosas tristes en esta nada fantabulosa emancipación es el mal uso de los saltos temporales recurriendo al flashback constante que no funciona del todo además de que suele usarse para explicar más la justificación de los otros personajes incluidos en el relato que como una herramienta narrativa efectiva, afectando más a la misma en lugar de beneficiarla.

Si bien se quiere jugar con el elemento de locura de Quinn, muchas veces no lo aterriza del todo haciendo ver a Harley como una tonta sin gracia y a las Aves de Presa un equipo olvidable, salvo por Huntress gracias a que Mary Elizabeth Winstead es la única que se ve disfruta hacer el papel sin tomarse en serio y aun así falla. Pero lo más infame en las actuaciones radica en el villano. El Black Mask de Ewan McGregor resulta una caricatura sobreactuada tremendamente insoportable que además adolece de lo mismo que las demás: un planteamiento casi nulo de sus motivos. Eso, aunado a lo exagerado de sus gestos y movimientos hace de su rol un papel nefasto. Resulta increíble que teniendo un grupo de mujeres fuertes la historia jamás saque provecho de ellas pero lo más feo es con Harley ya que ni siquiera en los mejores momentos luce como lo hizo en Escuadrón Suicida.

Pero no todo es tan malo, ya que si hay algo bien cuidado son los vestuarios y las secuencias de acción, mismas que están muy bien logradas y que logran ser lo mejor de la cinta sobre todo en la parte final. El único problema es que también adolecen de esa falta de decisión, una crisis de identidad entre si quieren ser violentos y para adultos o lo quieren volver más para jovencitos, inclinándose muchas veces por lo segundo, lo cual no estaría mal si el tono fuera ese desde un principio.

Así, las Aves de Presa caen en picada sin tomar un buen vuelo o propósito más que volverse una cinta meramente dominguera donde la historia resulta burda y hasta ridícula en medio de un mundo que no sabemos si es gracioso o serio. Es triste ver que la emancipación de Quinn y sus amigas se vuelva un mero intento fallido que ni siquiera sabe aterrizar de buena forma su mensaje de empoderamiento, entregándonos más bien una versión femenina del Escuadrón Suicida, con los mismos problemas y los mismos errores.

Calificación : 6 / 10

“Aves de Presa y la Fantabulosa Emancipación de una Harley Quinn” se estrenará en las salas de cine de México el viernes 7 de Febrero.

Aarón Navarro

Comunicólogo, melómano, cinéfilo, amante de la lectura. Escribo opiniones/reseñas de películas y series.