Todos necesitamos reinvenciones. Hay ciertas etapas de nuestra vida en las que pensamos que hemos encontrado nuestra identidad. Es la presunción del inexperto. De alguien a quien le faltan vivir muchas horas, días, meses y años. Poco a poco, la mente va adquiriendo nuevas aficiones. Las palabras que pronunciamos en algún momento suenan tan distantes que nos parecemos irreconocibles. Y en ese momento llega el cambio. La metamorfosis tan necesaria.
Julio Gudiño siempre ha sido un nombre importante en la incipiente escena musical mexicana. Desde un inicio con The Plastics Revolution se intuía que había algo diferente en él. Su innegable talento para la composición encajaba a la perfección con una generación que quería escuchar el indie digital que dominaba las tablas de popularidad. Sus canciones eran justo lo que las personas necesitaban para emocionarse con el panorama nacional. Después vino I Can Chase Dragons! y terminó de cristalizar el talento. En el 2012 sacó un LP ya clásico (Expansión) en donde daba rienda suelta a ese niño interior y nos demostró, otra vez, la capacidad compositiva que posee.
Años después, Julio da paso a Yöels. Un proyecto más íntimo. El eterno retorno a lo básico. Para este esperado regreso se hace acompañar de Santiago Mijares (Big Big Love, Sanje) con quien había tocado punk. Para esta nueva cara, decidieron mirar a los grandes. Inspirados por Animal Collective, agarraron dos guitarras que tocan alternadamente de principio a fin. “NTP” es el soundtrack pospandémico perfecto. Uno de reinvenciones y nuevos comienzos. De respiros necesarios y pausas que nos hacen reconectar con nosotros mismos. Una canción que se escucha y se siente bien.